domingo, 30 de noviembre de 2008

Cuando el peronismo creó instituciones políticas, por Alberto Buela

(A propósito de la Constitución del Chaco)

El 8 de octubre de 1951 se creó la provincia del Chaco cuya constitución tuvo disposiciones novedosas y polémicas. Su rasgo fundamental es que, salvo mejor opinión, es la única en el mundo que desde bases democráticas modificó el régimen de representación política demoliberal que entiende que solo los partidos políticos tienen el monopolio de la representatividad política.

Ya el preámbulo comienza con una novedad: Nos, los representantes del pueblo trabajador de la Provincia y no como era de uso comenzar: Nos, los representantes del pueblo… a imitación de las constituciones salidas del espíritu de la Revolución Francesa de 1789.

La apelación específica al pueblo trabajador ya nos está indicando el carácter específicamente peronista de esta Constitución, pues es sabido que una de las verdades o apotegmas del justicialismo (la número cuatro) dice: No existe para el Justicialismo más que una clase de hombres: los que trabajan.

Aclarándose a continuación en el mismo preámbulo que su propósito es contribuir al afianzamiento de una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana en coincidencia por lo declarado también en el preámbulo de la Constitución Nacional de 1949, conocida como la Constitución de Perón.

Ahora bien, si bien la Constitución del Chaco recogió las disposiciones de carácter económico y sociales incluidas en la Constitución del 49, existe entre estas dos constituciones una diferencia sustancial pues la del 49 no llega a modificar el régimen de representación demoliberal respetando el monopolio que ejercen los partidos políticos en dicho campo, mientras que la del Chaco sí.

Los artículos 33 y 118 son los que regulan y establecen la modificación de la que hablamos. En ellos se establece que habrá una cámara de representantes compuesta por 30 miembros (el Chaco tenía en la época 450.000 habitantes) la elección de 15 representantes provenientes de los listados de los partidos políticos será a pluralidad de votos y por todo el pueblo y la elección de los otros 15 representantes también a pluralidad de sufragios pero solo votada y compuesta por los ciudadanos que pertenezcan a las entidades profesionales.

Fue así que esta Constitución del Chaco fue conocida en su época como "la del doble voto". El voto por el listado partidocrático y el voto por el listado social. Este mecanismo adoptado no respondió a ninguna concepción en la materia, como muy bien lo hace notar Roberto de Jesús Zalazar (1) pero refleja la mayor dimensión participativa que el pueblo trabajador haya tenido en constitución alguna. Esta Constitución dejó de regir la provincia el 27 de abril de 1956 con motivo del golpe de Estado que derrocó al Juan Perón.

La intención de esta novedosa disposición constitucional fue poner al alcance del pueblo trabajador (obreros, empleados, industriales, comerciantes, profesionales, trabajadores de cualquier rama y oficio) la representación parlamentaria sin tener que subordinarse a las oligarquías partidarias que normalmente manejan los partidos políticos. No olvidemos que el mando siempre ha sido de unos pocos en este caso.

En cuanto a los antecedentes históricos para la elaboración de la Constitución del Chaco según el doctor Millán Ford, Fiscal de Estado durante el primer gobierno provincial de Felipe Gallardo, son los siguientes: en el año 1951 visitó el país el dirigente sindical yugoslavo Takel Rusel quien se entrevistó con sus pares de la CGT y con Eva Perón a quienes explicó el sistema constitucional yugoslavo cuyo rasgo distintivo era la participación de los trabajadores en el poder legislativo. Lo acompañó el politólogo Jovan Djordjevich quien pormenorizó sobre los mecanismos del sistema representativo. La diferencia fundamental entre las dos constituciones es que la yugoslava sostenía el partido único en tanto que la del Chaco se apoyaba en la pluralidad de partidos.

Pero indudablemente, según nos hace notar Héctor Antonio Ferreira, (2) fue Evita quien dio el mayor impulso político a esta novedosa Constitución afirmando: Estos representantes (los del listado social) hablarán por la propia boca del territorio. Serán la voz de la tierra, directa y clara. Dirán lo que saben con pleno conocimiento de causa y pedirán lo que en justicia necesitan.

En un reportaje realizado el 21 de septiembre de 1992 don Felipe Gallardo, el gobernador que puso en vigencia esta Constitución afirmaba al respecto:

Se trataba de una forma de participación sindical o profesional en uno de los poderes del Estado. Muchos criticaron este sistema pero era parte del programa de Perón, el que tenía por objeto la formación de una comunidad organizada, la organización del pueblo. No se trataba de un privilegio era un incentivo para que la gente se organizara por sectores. Porque tanto derecho tenía el obrero organizado como el profesional organizado. Porque es distinto dialogar con un grupo de mecánicos o un grupo de abogados que hacerlo con representantes de sus organizaciones. Y así por medio del "voto sindical" ellos contaban con una representación directa en la Cámara de Diputados. Por eso se estableció el "doble voto": el voto del ciudadano y el voto sindical o profesional. Entonces si usted estaba afiliado a una entidad que integrara la Confederación General del Trabajo, la Confederación General de Profesionales o la Confederación General Económica, usted tenía derecho al "doble voto". (3)

Conclusión

Pasados cincuenta y siete años de esta experiencia jurídico-política ciertamente que las circunstancias han cambiado pero el tono general de modificación de la representatividad política sigue vigente. Es más, se profundizó con toda la crítica posterior a la reducción de la democracia a simplemente una partitocracia. Además a partir de 1970 se viene desarrollando en los países capitalistas avanzados, como sostiene el eminente politólogo Gonzalo Fernández de la Mora, una corriente de pensamiento, sus portavoces más destacados son P.C.Schmitter y G. Lembruch, cuya preocupación fundamental es encajar dentro del esquema contemporáneo de partitocracia el decisivo de la "acción concertada" entre sindicatos y patronales con eventual presencia gubernamental (4).

Así ante un posible poder compartido los partidarios de la partidocracia desplazan o alojan a los representantes de las organizaciones sociales (sindicatos, cámaras, cooperativas, asociaciones sociales, etc.) en un Consejo Económico y Social simplemente consultivo, y así poderlos neutralizar y conservar el poder efectivo de las instituciones políticas que controlan.

La Constitución del Chaco vino a plantear, aun sin decirlo, la clara y distintiva separación entre el corporativismo de Estado, típica del fascismo y el corporativismo de comunidad idea medular del peronismo en tanto teoría política. Es más, el justicialismo nunca habló de corporativismo ni de cuerpos intermedios al estilo de Roberto Michels, Mosca o Creuzet sino de "organizaciones libres del pueblo". Esto es, creadas libremente por el pueblo, de abajo hacia arriba, sin intervención del Estado. Este bajo el principio de "la suficiente representatividad" de la ley 23.852 del 2 de octubre de 1945 estableció "las condiciones de posibilidad" de las organizaciones profesionales pero no su creación que quedó siempre en mano de los trabajadores y del pueblo en su conjunto según sus intereses y necesidades.

Estos antecedentes teóricos, y muchos más que desconocemos, nos hacen proponer la realización de un congreso nacional e internacional sobre este tema específico donde se planteen estrictamente las posibilidades concretas de instauración de un sistema alternativo a partidocrático actual. Y esto solo puede hacerse desde el peronismo como marco de referencia pues no olvidemos que él ha quedado como una revolución inconclusa.

(*) alberto.buela@gmail.com

(1) Zalazar, Roberto de Jesús: El Chaco, del territorio nacional a la provincia autónoma, Resistencia, 2001, p.
(2) Ferreira, Héctor Antonio: Contador público nacional de la provincia del Chaco en Carta personal del 15/10/2001
(3) Zalazar, Roberto de Jesús: op. cit., p. 219
(4) Fernández de la Mora, Gonzalo: Contradicciones de la partitocracia, La Emboscadura, Madrid, 2008, p. 27

sábado, 29 de noviembre de 2008

La Izquierda y la crisis global, por Marcos Ghio

Es bueno hoy día, ante el peculiar panorama que presenta el mundo con su crisis cada vez más aguda y galopante, analizar cuál es la conducta que asume la izquierda en sus diferentes vertientes sea marxistas como liberales. Aunque previamente, y debido al caos semántico en el cual vivimos, digamos que no es cierto que solamente el marxismo y el socialismo representen la izquierda y que el liberalismo y el capitalismo en cambio no lo sean. Por izquierda entendemos, a diferencia de lo que en cambio debería ser la derecha, la cual es hoy prácticamente inexistente como corriente de pensamiento, a aquella vertiente que, en tanto da primacía a los fenómenos pertenecientes al mundo material, físico e "histórico", cree consecuentemente como dogmas irrebatibles en el Progreso, la Igualdad y la Democracia entre sus principios fundamentales, los que fueran a su vez sustentados paradigmáticamente por la Revolución Francesa; y en tal contexto ingresa la totalidad de nuestros partidos políticos y la inmensa mayoría de nuestra inteligencia rentada y universitaria.

Por derecha en cambio, y por contraste con lo que hoy se utiliza para calificar a tal espectro, habría que entender una corriente de pensamiento que en cambio considera a la realidad que perciben nuestros sentidos externos apenas como un grado determinado de ser; que sostiene que por encima de la misma existe una dimensión superior de carácter metafísico y que los hombres, lejos de ser todos iguales entre sí, se diferencian de acuerdo al grado de percepción que posean de tal esfera. Que por lo tanto, en la medida que existen jerarquías, de carácter espiritual y no material, el régimen normal es la aristocracia o la monarquía, en donde son los mejores y superiores los que gobiernan y no la mera mayoría numérica y circunstancial; y que la humanidad en la medida que ha perdido tales percepciones superiores de lo real, siendo incapaz ya de comprender tales cosas, se encuentra en un profundo estado de decadencia.

Recordadas estas cosas elementalísimas, a lo que estamos obligados a hacer debido a la lamentable situación de ignorancia en que se encuentra hoy en día sumido nuestro mundo, prosigamos ahora con nuestro propósito inicial, señalando el estado de verdadera conmoción interna y debate que se ha suscitado en el seno de nuestra izquierda debido a los acontecimientos por todos conocidos. Días pasados, en ayuda de tal tarea no siempre interesante, ha salido una publicación titulada Contraeditorial que nos edita a la manera de contraste los diferentes puntos de vista en que hoy se encuentran confrontados los exponentes más significativos de tal corriente.

Así pues, mientras que el trostskysta Altamira nos señala que la crisis actual del sistema económico capitalista es irreversible y sin vuelta atrás y que no hace más que cumplir con las profecías de Marx de que el mismo habría de sucumbir tarde o temprano víctima de sus contradicciones internas dando paso al socialismo, es decir al gobierno de la clase proletaria, y se lamenta de que, luego de la caída del Muro de Berlín, ya casi no quedan socialistas ortodoxos, pues en su mayoría, a la manera gramsciana, trataron de marxistizar el sistema haciéndolo más digerible para sus ideas; el postmarxista Muracciole, es decir uno de aquellos a los que alude el jefe del Partido Obrero, no cree que esto suceda necesariamente y recuerda cómo ésta era también la convicción que tuvieran los espartaquistas y tantos otros grupos extremos desde comienzos del siglo pasado en donde el capitalismo, cuando parecía haber estado al borde de su disolución, demostró en cambio tener energías suficientes como para reinventarse y volver a nacer. Una postura similar a la de Altamira es la del marxista yanqui Jaime Petras quien cuestiona que los regímenes populistas de América Latina como los de Chávez, Morales y Correa sean verdaderamente socialistas en tanto que hace notar cómo han realizado negocios con el mismo capital especulativo; a lo cual distintos 'postmarxistas' como Laclau, quien desde su cátedra en Inglaterra se ha convertido en el ideólogo principal del kirchnerismo, manifiestan lo que siempre los populistas o espontaneistas le han contestado a los ideologistas, utilizando los léxicos propios de la izquierda: que en verdad la realidad es "dialéctica" y problemática y no se ajusta necesariamente a la idea que uno tiene, que hay que ser gradualista y saber aprovechar y adaptarse a los acontecimientos, por lo que el populismo en los regímenes del Tercer Mundo explotado puede presentarnos vetas revolucionarias aprovechables para el socialismo, tal como sucediera con el peronismo.

Digamos al respecto que, a pesar de que la realidad que hoy vivimos en el mundo es inédita, este debate entre izquierdistas, aunque hoy haya recrudecido por tal circunstancia, es viejísimo y está desde que la izquierda existe en la Argentina. Es el conflicto permanente que siempre la ha dividido entre la primacía del programa o los principios y la cruda realidad que no necesariamente los imita. Ya hace más de 150 años el primer socialista argentino, Esteban Echeverría, autor del Dogma Socialista que influyera notoriamente en nuestra actual Constitución, manifestaba que, si bien era cierto que en el pueblo se hallaba la fuente de la soberanía y verdad de todas las cosas, es decir el socialismo, había sin embargo que distinguir entre "pueblo racional" y educado en tales ideales y "pueblo instintivo", es decir aquel que por no haber recibido los conocimientos necesarios actuaba en contra de sí mismo y por lo tanto precisaba de la tutela provisoria del "pueblo racional" para enmendarse. Idea ésta no muy diferente de la sustentada más tarde por Lenin en la Revolución Rusa cuando manifestara que una cosa era el partido que representaba los "intereses históricos del proletariado" y otra muy distinta era el proletariado "sin conciencia de clase", es decir la mayoría, el pueblo irracional, que debía ser educado. Y yendo más hacia atrás nos encontramos hasta con el mismo Marx quien manifestara que, si había que optar entre la burguesía de un país capitalista y el proletariado de uno que aun no lo era, de acuerdo a la escala dialéctica evolutiva que gobernaba a la historia, era al primero al que había que elegir; lo cual suscitaba las iras de su colega Bakunin en la Primera Internacional, el primero de los populistas, quien en un acalorado debate lo acusara por tal cosa de alemán, judío y reaccionario.

Aunque en verdad el origen del problema habría que encontrarlo en el mismo apotegma de la filosofía de Hegel en el que se inspiran todos nuestros marxistas. El filósofo alemán pretendía haber resuelto para siempre los eternos conflictos entre el ser y el deber ser en su famoso aserto de que en la Historia "todo lo real es racional y todo lo racional es real". Es decir que el río de Heráclito, el mundo del devenir, representaba el verdadero manantial del que nuestra razón abrevaba la verdad y no las cerradas especulaciones abstractas de una mente aislada y separada del mundo. Sin embargo dicha filosofía, a pesar de pretender resolver antiguos problemas del pensamiento occidental, generaba una nueva contradicción y ésta era respecto a de en cuál de estos dos conceptos de los que componía su juicio había que poner el acento. Si una cosa era racional porque era real o si a la inversa era real porque era racional. Así pues el hegelianismo, lejos de haber resuelto el problema del antagonismo entre el ser y el deber ser como pretendía, dio siempre lugar a dos vertientes contrastantes, la de aquellos que consideraron que lo que hacía racional una cosa era el hecho de que fuera real y existiera y la de los otros que en cambio consideraron a la inversa que lo que la hacía verdaderamente real era que fuera racional. En el primer caso es que podemos ubicar a todos los populismos que nos ha dado la historia y a sus consecuentes ideólogos marxistas.

En el segundo encontramos a personas que, partiendo de Echeverría hasta Altamira, preeminencian la doctrina sobre los hechos. Así pues si el marxista Sebreli por ejemplo desde esta última perspectiva alaba la conducta de Marx quien en relación a nuestra guerra de independencia americana apoyaba a la Santa Alianza con la excusa de que la burguesía que en el propio país es reaccionaria en los periféricos y atrasados es en cambio progresista pues les trae bienestar y con esta misma idea fue que apoyó la dominación británica en Malvinas pues con su victoria nos trajo la democracia, mientras que en cambio nuestro nacionalismo era regresivo y reaccionario; el también marxista Feinman asiduo publicista de Página 12, critica en cambio esta misma actitud de Carlos Marx en nombre de un apoyo incondicional al populismo y a la lúcida expresión de su líder argentino de que "la realidad es la única verdad", es decir la manera empírica de aceptación de la primera interpretación de la doctrina hegeliana de que lo que hacía una cosa racional y verdadera era que fuera real, que triunfara y se impusiera históricamente. Feinman y Laclau, populistas y por lo tanto kirchneristas provenientes del marxismo, sostienen que es el pueblo a secas, sin el aditamento de racional que le daba Echeverría, el poseedor de la verdad, aunque ésta pueda presentarse de manera fragmentaria e incompleta, pero para ello se encuentran los ideólogos cuya función es darle forma a la misma, interpretarlo y no educarlo como pretendiera Echeverría y hoy Altamira y Sebreli quienes en cambio preeminencian los principios por sobre la "realidad histórica" que puede ser "reaccionaria".

La crítica al marxismo debe partir pues de la crítica a Hegel y a la modernidad en su conjunto. No es verdad que la Historia sea la expresión de la Idea, sino, tal como dijera Platón entre otros grandes, se trata de una distorsión de la misma. Lo "real" al cual se refiere el moderno no es "racional", sino "irracional", instintivo, "populista"* y por lo tanto debe ser corregido y cambiado, aun bajo la acusación de a-histórico. No queremos bañarnos en el río de Heráclito como hacen los liberales y marxistas.

* En un tedioso libro titulado "La razón populista", que pareciera escrito para desmentirlo a Echeverría, Ernesto Laclau, un ex trotsksta seguidor de Abelardo Ramos, pero ahora radicado en Inglaterra en una cátedra universitaria desde la que se califica como postmarxista, es decir un marxista postmoderno, manifiesta que en el pueblo ineducado en el marxismo hay una racionalidad que se acerca espontáneamente hacia dicha ideología y por lo tanto que habría que apoyar, tal como hiciera en su momento su maestro Ramos con el peronismo. Se trataría pues, utilizando un lenguaje puesto en boga por Vattimo, de un "marxismo débil".

Para los habitantes de Gaza, sobrevivir es resistir, por Ramzi Kysia

"Yo enviaré fuego a la muralla de Gaza…”, Amós 1:7

En un pequeño café de la ciudad de Gaza Amjad Shawa, coordinador de la Red de ONG Palestinas (PNGO, en sus siglas en inglés), se toma a sorbos un café y cavila sobre el bloqueo israelí a Gaza. “Este bloqueo no tiene que ver con la “seguridad”, ni siquiera con Hamas”, afirma. “El objetivo último de Israel es separar Gaza de Cisjordania y matar el proyecto nacional palestino”.

En la Franja de Gaza, una llanura costera de 23 millas de ancho encajonada entre Israel y Egipto, viven un millón y medio de palestinos. A pesar de su pequeño tamaño, Gaza condensa en muchos sentidos la esencia de los dos mayores conflictos del mundo: el auge del islam político y el uso por parte de occidente del castigo colectivo y de la coacción económica como brutal contrapeso.
Desde que Hamas ganó las elecciones parlamentarias en enero de 2006, Israel ha sometido a Gaza a un bloqueo cada vez más severo. En junio de 2007, después de que Hamas derrotara a los militantes alineados con el presidente palestino Mahmoud Abbas y se hiciera por la fuerza con el control de Gaza, Israel hizo más estricto el bloqueo hasta incluir en él todo excepto el suministro ocasional de productos humanitarios. A consecuencia de ello la economía local ha quedado destrozada lo que ha provocado un brusco aumento de los índices de paro, de pobreza y de desnutrición infantil.

Mientras Abbas y Fatah gobiernan todavía en Cisjordania con pleno apoyo de Israel, Hamas se enfrenta a un futuro incierto. A pesar de que los habitantes Gaza se han unido en torno al gobierno [de Hamas], hay también una creciente frustración pública a causa de la moribunda economía.

Según la descripción de Rawya Shawa, miembro independiente del Consejo Legislativo Palestino por Gaza, Palestina está un limbo político. “Cuando se está en el poder nunca es lo mismo que cuando se está fuera de él”, afirma Shawa. “El setenta por ciento de Gaza son refugiados. Fatah dirigió a los palestinos durante 45, 50 años. Fatah fracasó. No cumplieron nada. Hamas, ahora, lo está intentando. Todavía no lo han logrado, así que la gente simplemente sigue esperando”.

El ascenso de Hamas

Al hacer frente al declive del panarabismo nacionalista que había alcanzado su apogeo durante los sesenta y setenta y el colapso de los acuerdos de Oslo de 1993, Hamas encontró un terreno fértil en Palestina combinando proyectos de asistencia social, tradicionalismo religioso, anti-elitismo (el primer ministro Ismail Haniyeh sigue viviendo en la casa en la que creció en el campo de refugiados de la Playa, uno de los barrios más pobres de Gaza) y una postura dura en relación a Israel. Aunque actualmente Hamas está respetando un alto el fuego unilateral, en el pasado su ala militar lanzó a Israel cohetes pequeños y envió personas que cometieron atentados suicidas, lo que hizo que fuera considerado grupo terrorista por Israel y Estados Unidos.

Pocos habitantes de Gaza están de acuerdo con esta descripción. Según B’Tselem, un grupo israelí de defensa de los derechos humanos, desde el inicio de la segunda Intifada en septiembre de 2002 las fuerzas de seguridad israelíes han matado a 955 menores palestinos, mientras que 123 menores israelíes han muerto en ataques palestinos. Con el bloqueo han cerrado 3.500 fábricas de las 3.900 que había en Gaza lo que provocado 100.000 despidos en el sector privado. La renta per cápita en Gaza es de menos de dos dólares al día y el 80% de las familias depende completamente de la ayuda alimenticia internacional.

El asedio ha provocado una escasez generalizada de productos que ha repercutido en la economía y en la sociedad. La escasez de carburante hizo que el precio de la gasolina se disparara a 50 dólares el galón a principios del verano lo que provocó cortes continuos de electricidad. Los hospitales, que dependen de los generadores de diesel, regularmente carecen de suministro 12 horas el día. Al no poder poner en marcha las bombas de riego, los agricultores han sufrido unas pérdidas considerables en las cosechas. La mayoría de las familias tienen agua corriente menos de seis horas al día y casi un tercio de las familias carecen de agua corriente.

Las plantas de tratamiento de aguas residuales no pueden funcionar sin electricidad y las aguas residuales se arrojan sin tratar al Mediterráneo, con lo que se está convirtiendo a este mar en un retrete. Sólo en 2008 se han arrojado al Mediterráneo más de 15.000 millones de litros de aguas residuales no tratadas, lo que ha matado gran parte de la vida marítima más cercana.
En relación a diciembre de 2005, Israel permite entrar en Gaza menos del 20% de los suministros necesarios para un comercio normal y la inversión extranjera ha descendido más del 95%, lo que ha llevado tanto al Banco Mundial como a algunas organizaciones israelíes de derechos humanos a pedir que acabe el bloqueo.

“Esto no es un desastre natural”, afirma John Ging, director de la Agencia de Ayuda a los Damnificados de Naciones Unidas. “Es un desastre obra del ser humano creado por políticas que no son humanas”.

Acción directa

Los habitantes de Gaza no están esperando a que acabe el bloqueo para hacer frente a la crisis. En enero cientos de miles de ellos entraron en Egipto cuando Hamas demolió la valla fronteriza que Israel había erigido en 2003. En febrero el Comité Popular Contra el Bloqueo organizó una “cadena humana” con miles de habitantes de Gaza que se extendió a lo largo de toda la Franja.
“Mi teléfono estuvo cortado todo el día porque los israelíes pensaban que íbamos a tomar al asalto la frontera”, afirma Sameh Habeeb, uno de los organizadores de aquel acto. “Israel es incapaz de imaginar que miles de árabes puedan protestar pacíficamente. Cuando hay resistencia armada pueden mandar sus misiles y sus F-16, pero no saben cómo responder a la resistencia civil. La no violencia vuelve locos a los israelíes”.

El mayor acto de resistencia no violenta en Gaza ha sido, simplemente, sobrevivir. Algunas familias han empezado a cazar y criar conejos y pájaros silvestres para complementar su dieta. Una red de peligrosos túneles que llegan hasta Egipto ya se ha cobrado varias vidas, pero también ha ayudado a aliviar la falta de suministro con productos de contrabando. En las últimas semanas un oleoducto subterráneo de gasolina ha aliviado sustancialmente la falta de combustible. Por unos 300 dólares se venden equipos para transformar los coches de manera que puedan funcionar con gas doméstico. La escasez de propano ha llevado a las familias a volver a las cocinas de leña para cocinar y con la falta de cemento, los habitantes de Gaza han vuelto a utilizar ladrillos para la construcción.

El colapso de la economía de Gaza es un ejemplo del más extremo de los imperialismos: impedir que entren materias primas en la economía, debilitar y destrozar las industrias locales por medio de la violencia militar y del bloqueo, permitir la entrada únicamente de productos terminados importados del exterior (en este caso, productos israelíes) y obligar a la población local y a su no cooperativo gobierno a consumir y agotar cuantos recursos y reservas han logrado guardar. Cuando finalmente se levante el bloqueo a Gaza a sus habitantes les va a resultar muy difícil recuperarse, incluso con un aumento de la ayuda humanitaria.

El director de la PNGO, Amjad Shawa, señala que el bloqueo forma parte de la actual ocupación israelí. “Gaza sigue estando ocupada, legal y físicamente”, afirma Shawa, "y el bloqueo simplemente es una parte de esta agresión. No necesitamos más ayuda. Lo que necesitamos es que acabe la ocupación”.